Una despedida y un último paseo por Seúl

No sé cómo ha pasado tan rápido, han sido los 4 meses más cortos de mi vida, quizás por ser tan intensos. Me quedo con recuerdos imborrables y con cierta tristeza al despedirnos de la ciudad que nos acogió en Australia durante este periodo, Brisbane. Nunca olvidaré sus calles, sus amables gentes y sobre todo, esos paseos por el río...

Y por supuesto, no me podré olvidar de Nueva Zelanda; sus paisajes de ensueño, sus cascadas, sus ríos de color turquesa, sus pingüinos... Qué tendrá este lado del mundo que engancha tanto? es como un imán, sin darte cuenta te dejas seducir por sus encantos.

Los últimos día en Nueva Zelanda pudimos visitar los fiordos, concretamente una de las zonas más conocidas y visitadas; Milford Sound. Si hubiera que rodar una película que se desarrollara en el Edén, habría que rodarla en Milford Sound:

Además vimos pingüinos de ojos amarillos (yellow eyed penguin). Pudimos recorrer con la caravana la isla del sur completa, aunque para poder hacer esas interminables y sorprendentes caminatas de días (algunas duran más de 5 días) necesitaríamos, al menos, un año.

Pero toda historia tiene un final y éste es el nuestro (buf, que melancólica me estoy poniendo). Bueno, nuestra aventura llega a su fin (concretamente el viernes por la noche en Los Rodeos) pero no sin antes hacer una última paradita de dos días en Seúl, jeje!! Y es que ya que no había conexión con vuelos hacia Madrid, no nos podíamos resistir a la tentación de pasar un día y medio en Seúl, ver sus calles llenas de luces de neón y cientos, miles de tiendas donde venden de todo. Cuando entramos en el centro comercial de electrónica, todos los vendedores nos llamaban desesperados con miles de modelos de cámaras de fotos, ordenadores, ipods y lo que no se puede ni imaginar, a un precio de risa...

Se nota todavía la invasión japonesa en Corea y en Seúl también, para eso es su capital. Las pantallas gigantes de luces con publicidad y televisión, los mercados en los que se vende de todo, salvo la extraña belleza de sus estrechas y concurridas calles y la omnipresencia de gente por todos lados corriendo y chocando en las aceras. Esto último se agradece dado los 0º centígrados de temperatura que se hacen -3 grados con el viento. Esto sí que es frío.

Nos sorprendieron mucho sus palacios de antiguos emperadores, el más importante es el Gyeongbokgung palace (ya lo sé, impronunciable). Era el palacio oficial de la dinastía Choseon y es una de los mejores representantes de la arquitectura de la época. La decoración de los techos, los tejados, el mobiliario...todo tan delicado que parecía que se iba a caer. Nada más lejos de la realidad teniendo en cuenta los siglos que llevan allí comtemplando la evolución de una sociedad milenaria en una de las potencias económicas mundiales con más crecimiento.

Otra de las cosas sorprendentes es su moneda, 10.000 wones son 5 euros!!! increíble! hablando de miles como si nada. Cualquier mechero no se cuantos miles de wones, con el tipo de la barba rala en el billete.

Nos ha encantado Seúl, ha sido la parada perfeca para coger impulso y llegar al final del círculo que abrimos en Tenerife en Noviembre y que nos ha llevado a irnos al otro lado del mundo. Nos ha enseñado muchísimas cosas, tantas que no puedo resumirlas en una entrada de un blog, sino hablando horas y horas con cada una de las personas que ha entrado por aquí y leído nuestras palabras. Pero lo que sí nos ha cambiado es "la lente" con la que mirábamos el mundo, digamos que el zoom ha retrocedido y nos ha mostrado lo devastador, inmenso y vasto que puede ser nuestro planeta para, al mismo tiempo, demostrar que es pequeño, detallista y delicado.

Pues nada, les escribimos un "hasta luego" porque esto ha sido el principio de algo, no se exactamente qué, pero de algo que supone no conformarte con el "eso es imposible", el "no puede ser" o el "ustedes están locos", Frases que oí antes de irme y que he oído toda mi vida, y estoy cansado de escuchar. Desde este blog les digo que "es posible" si realmente lo quieres hacer realidad, sea lo que sea. Qué triste sería la vida si los sueños no pudieran conseguirse...

Un abrazo a todos los que han visitado durante este tiempo esta ventana a nuesta experiencia como a nuestras opiniones, pensamientos e incluso sentimientos. A todos los que no conocemos y que han mirado por el ojal de la cerradura de esta puerta a Oceanía. Seguiremos publicando cosas varias, que tengan que ver con Australia, Nueva Zelanda o con lo que sea.

Besos y abrazos. Por cierto, publicaremos algunos vídeos más que no nos dio tiempo a editar, había mucho que ver y mucho que hacer...