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8 dic 2008

Lamington & Springbrook National Park

G’ day everybody!!!

Ya hemos vuelto de la noche de campamento en el Lamington National Park y el rainforest de Springbrook (ambos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO). Es una de las selvas más grandes y extensas del mundo que existen en la actualidad, donde durante miles de años habitaron los aborígenes australianos. Primera foto de una de sus cascadas, más de 120 metros de caída (hay tres puntitos en un camino arriba a la derecha en la foto: son personas):


El bosque posee dos laderas diferenciadas, que marcan el bosque seco (que igualmente es húmedo) y la parte más húmeda (que es húmeda al cuadrado). Ambos se han ido formando a lo largo de los últimos 30 millones de años, período de tiempo en que este bosque australiano ha visto pasar todo tipo de fenómenos geográficos como climatológicos y ha crecido tanto a lo ancho (la frondosidad) como a lo alto (existen árboles donde caben 13 personas en el interior del tronco).


Las criaturas que habitan en él son únicas en el mundo en su mayoría, circunstancia derivada del hecho de que Australia se haya aislado tan prematuramente del resto de superficies continentales, confiriéndole a sus especies características que las diferencian y hacen genuinas y autóctonas. Por ejemplo, existen Árboles Antárticos en este parque nacional que tienen una edad que supera los 2000 años, que aún siendo una edad más que longeva, son un suspiro comparados con la edad de todo el parque (30 millones de años, como dije antes).


El primer día de excursión (sábado) consistió en la salida desde Brisbane en guagua hasta el Springbrook, recogiendo por el camino al resto de la “expedición”: un kuwaití, una francesa, una americana y una pareja húngara. En cada excursión cada uno asume un rol predefinido adecuado a su comportamiento, y en ésta estuvieron claramente repartidos:

- El “enterado”: este perfil se ajustaba al kuwaití. Si eres el enterado tienes que asumir tu papel con acciones como: actuar como si tú fueras el guía, no parar de hablar, actuar como si hubieras crecido en la selva haciéndote el experto, etc… Éste hacía todo eso y encima no paró de cantar el villancico “Jingle bells” durante todo el fin de semana. Un día más con él y nos da algo.
- La “pupas”: en este caso, la pupas, porque le tocó a la francesa este papel. Se resbalaba todo el rato, todos los bichos le picaban a ella (incluidas las sanguijuelas, grabamos un video de las mordidas que pondremos en el blog) y las ramas de los árboles parecían vivas intentando sacarle los ojos y las raíces haciéndole tropezar. Un desastre, vamos.
- La “neutra”: la americana. Ni te cae bien ni mal, pero algo te dice que no quieres hablar mucho con ella.
- Los “raros”: la pareja húngara. Hablaban todo el rato en su idioma, que me recordaba a las lenguas que hablan los vampiros en las pelis, por lo que muy pronto surgió mi teoría (que se la comenté a Noelia) de que eran los dueños de la compañía que organizaba la excursión y venían con nosotros de incógnito para chuparnos la sangre en la noche de acampada.

Una vez completa la plantilla nos adentramos en la primera parada del bosque de Lamington. Pateamos 12 kilómetros de subida y bajada a través del bosque tropical con vistas impresionantes y flora espectacular, bañándonos en las aguas transparentes del Río Nerang, concretamente en una especie de piscina natural que recibe el nombre de Gwongarool Pool. Además, observamos una de las mejores vistas generales del parque:



Posteriormente volvimos al campamento, eligiendo las casetas de campaña y dejándolas preparadas para la noche. En la primera caseta el guía sacó doce ratones silvestres, pero afortunadamente, en la nuestra no había ninguno. Por la noche cenamos y comenzó la actividad de la fauna nocturna: las cigarras, búhos, lechuzas, serpientes (aunque a estas no las vimos) y…..arañas. Esta foto es de una araña que vimos que tenía (y no exagero) el tamaño de mi mano:


La noche transcurrió con una tormenta en medio del bosque tropical que no vamos a olvidar en nuestra vida (del acojone), acompañado por la incertidumbre de las arañas, serpientes y sanguijuelas que, afortunadamente, no nos atacaron.

Al día siguiente teníamos otra caminata, esta por el Springbrook Forest. Recorrimos cascadas, saltos de agua, árboles inmensos (que me recordaban a Bárbol en el Señor de los Anillos), especies únicas y vistas impresionantes en medio de lo abrupto del terreno y de rocas con formas imposibles. Aquí está Brad (el guía) en medio de un pasillo natural de roca:


En la foto que pongo a continuación parezco “David el Gnomo” entrando por la puerta de su casa-árbol:



Se nos agotaron las dos baterías de la cámara de vídeo y la tarjeta de memoria de la de fotos intentando inmortalizar todos los paisajes, la inmensidad, la quietud, la frondosidad y los tiempos ancestrales que se aúnan en este parque nacional, tanto en grutas como cascadas, que han sobrevivido como testigos perennes al paso de los años, los siglos y milenios.


Espero que la excursión virtual os haya gustado y entretenido aunque sea un rato.

Un abrazo a todos!!!!